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lunes, 7 de enero de 2019

Muchas son las interrogantes sobre los MEGAPROYECTOS anunciados por AMLO.


Muchas son las interrogantes sobre los megaproyectos anunciados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, especialmente el TREN MAYA y el corredor transístmico. 

Muchas más son las expresiones de oposición de comunidades y organizaciones de pueblos indígenas, así como de organizaciones ambientalistas y otras de la sociedad civil.

El TREN MAYA: ¿sueño o pesadilla?


Es como mínimo curioso que no exista información pública objetiva, detallada y accesible sobre esos proyectos, particularmente para las comunidades que serán afectadas, pero también para el público en general. Los datos oficiales de dominio público son superficiales y predomina los de corte propagandístico. No existe un sitio donde los proyectos estén descriptos en detalle y se puedan consultar sin tener que asistir a un acto oficial. A esta luz, es sorprendente que ya estén incluidos en el presupuesto nacional, al parecer como actos de fe, ya que la información es muy general y no pública, pero el dinero sí es público. Además, cualquier avance de esos proyectos estará en violación de varias leyes y tratados, incluyendo el derecho a consulta previa y a otorgar o denegar consentimiento por parte de pueblos indígenas y campesinos, así como la obligación de realizar y colocar a disposición del público estudios previos de impacto ambiental, y que solamente si son ecológicamente viables podrían ser considerados.

Pese a esta falta de información, los cuestionamientos a esos proyectos son respondidos por sus promotores atacando o descalificando a los que tenemos una posición crítica. A menudo, en el mismo acto, funcionarios oficiales u oficiosos del gobierno se sacan de la manga informaciones que ellos sí dicen conocer sobre los proyectos y que al parecer van adecuando a cada situación.

Podría uno preguntarse por qué si no hay información disponible públicamente, ya existe tanta oposición. En parte, porque esos proyectos no son nuevos. Desde Zedillo, al gobierno actual, pasando por el de Peña Nieto y anteriores, ya existían proyectos similares, como el corredor transoceánico del istmo de Tehuantepec y el Plan Puebla Panamá, que pusieron en alerta a las comunidades.

Se trata de proyectos de desarrollo sobre tierras y territorios indígenas y campesinos, pero no según lo que estos pueblos quieren y proponen, sino según lo que instancias fuera de los pueblos consideran que sería desarrollo y teóricamente bueno para ellos. Por lo que se anuncia, con una visión convencional de desarrollo capitalista, promoviendo más comercio nacional e internacional, explotación minera, energética, maderera, turística y de desarrollo agrícola industrial. En cualquier caso, una visión desde arriba y desde afuera que –en la mejor interpretación– no tiene en cuenta las propuestas de las propias comunidades y pueblos indígenas para sus territorios y que en muchos casos las sabotea o impide.

Parte de la oposición a esos proyectos se debe a los impactos ecológicos que implican por su trazado sobre bosques, ríos, ecosistemas únicos y otras afectaciones al medio ambiente, naturaleza, territorios y recursos de los pueblos. Adicionalmente, en ambos proyectos los impactos indirectos, tanto sociales como ambientales, serían peores aún que los directos.

Por ejemplo, no se trata solamente de si el TREN MAYA interrumpe el territorio del jaguar, frente a lo que "los iniciados" responden que la carretera actual ya lo hace –aunque esto sea sólo parcialmente cierto, ya que el trazado anunciado atraviesa el corazón de importantes áreas protegidas, donde actualmente no hay carretera.
El tema es que, incluso en las zonas donde ya existe carretera, la propuesta se dirige a aumentar las actividades de carga, transporte de pasajeros y hotelería turística, lo cual, por un lado, podría mantener o aumentar el tránsito carretero existente, pero, sobre todo, ampliará el área de impacto mucho más allá de la zona de tránsito directo.

La existencia de salidas por vías ferroviarias facilitaría también el avance de otras actividades, muchas de las cuales las comunidades de la península han estado combatiendo, desde deforestación, pecuaria y monocultivos industriales hasta parques eólicos o solares. Tal como explican las comunidades de la península que lograron detener con una sentencia legal el proyecto Aspy (Acuerdo de sustentabilidad para la península de Yucatán), que diga "verde" o "sustentable" no quiere decir que no sean megaproyectos de lucro o de beneficio de grandes trasnacionales conservacionistas, que dañan los territorios y desplazan a las comunidades. https://tinyurl.com/y6wqvq26

Es básico que comunidades y pueblos indígenas y campesinos deben ser consultados porque es su derecho, tal como establece Naciones Unidas, y que dicha consulta debe ser de buena fe, con las formas de los propios pueblos, libre, culturalmente adecuada, y que puedan dar o negar su consentimiento a estos proyectos que impactarán sus territorios. Más importante aún es que antes de imponer esos procesos, en los cuales incluso la consulta puede ser un factor de conflicto y división, se escuche a los pueblos sobre lo que ellos mismos piensan es necesario para sus territorios y culturas (1).

 
El TREN MAYA: ¿sueño o pesadilla?
…..  para que el Tren Maya sea la realización de un sueño, ese proyecto debe inscribirse en el contexto de un Plan Maya por la Vida para toda la región. Dicho plan, que debe encabezar el nuevo gobierno de André Manuel López-Obrador (AMLO), debe reconocer este “conflicto civilizatorio”, ponerse del lado correcto, y realizarse con la colaboración no solo de los pueblos y organizaciones mayas, sino de los centros académicos, sus investigadores y técnicos, las organizaciones conservacionistas, y las empresas sociales y privadas de la región. Esta estrategia se puede convertir en un modelo para el resto del país, y especialmente para los territorios con amplia presencia de los pueblos originarios.
El Plan Maya por la Vida servirá entonces como la brújula que señale las rutas sociales ambientales y culturales del tren, su diseño y significado. Por ejemplo deberá contribuir a robustecer, ampliar y multiplicar los proyectos ya existentes autogestivos y de cooperación local y municipal. Deberá impulsar un turismo controlado, diverso y alternativo, basado en las potencialidades y limitaciones de cada región. Como hemos visto, ningún megaproyecto es neutral en principio, sino que está marcado por los intereses en juego y en conflicto. Entre una política dirigida a satisfacer las ambiciones de una minoría, o comprometida a lograr el bien común, el respeto a las culturas y a la naturaleza y a la recuperación de la memoria, única manera de mirar el futuro con fe y esperanza. De esa forma comenzara de verdad la Cuarta Transformación del país (2)(3)(4).
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NOTAS:
(1) Artículo publicado por Silvia Ribeiro* este fin de semana: https://www.jornada.com.mx/2019/01/05/opinion/016a1eco /* Investigadora del Grupo ETC http://www.etcgroup.org/es
Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración)
El Grupo ETC, organización internacional sin fines de lucro, tiene 30 años de experiencia en trabajo con la sociedad civil internacional y movimientos sociales sobre temas de defensa de la agricultura campesina, la soberanía alimentaria, la defensa de la diversidad cultural y biológica y la denuncia de tecnologías nocivas. Somos un pequeño grupo de investigadores con oficinas en Canadá, Filipinas, México y Estados Unidos, que trabajamos en red con organizaciones locales, científicos comprometidos y movimientos sociales. Tenemos estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de la Organización de Naciones Unidas, participamos en el Convenio sobre Diversidad Biológica, en el Convenio sobre Cambio Climático y en las discusiones sobre alimentación en la FAO: https://17edu.org/grupo-etc-grupo-de-accion-sobre-erosion-tecnologia-y-concentracion/

(2) Víctor M. Toledo/ Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM (Campus Morelia): El TREN MAYA: ¿sueño o pesadilla? https://www.jornada.com.mx/2018/12/04/politica/018a2pol?partner=rss

COMENTARIO de Miguel Valencia, EDENAT@googlegroups.com:
"Me parece que Victor simplifica demasiado las comparaciones entre el EZLN y Lopez Obrador: minimiza en extremo la historia y la violencia que sufre el EZLN desde hace más de dos décadas, por su lucha por la autonomía de las comunidades; propone una rendición del EZLN ante el Buen Gobierno de Lopez Obrador, cuando lo que quiere el EZLN es algo mucho más importante que reforzar o reformar el estado- nacional: la autonomía comunitaria que han conseguido los zapatistas, modelo para el mundo.  Se le olvida que gracias al EZLN en México y en el mundo, muchísimas resistencias se han abierto y que el EZLN apoyó mucho la lucha contra el NAIM y otros movimientos del país. Ignora la enorme influencia del EZLN en Latinoamérica y otros continentes. Debería ser más respetuoso de la historia del EZLN. 

Desde que leí su texto ambiguo sobre el Tren Maya- publicado en el sitio de la unión de científicos comprometidos con la sociedad- percibí su deseo de lanzarse en apoyo de López Obrador en este y otros asuntos; lo ha hecho desde hace varios años; se da cuenta de que el EZLN no puede aceptar este Tren Maya y su política indigenista que representan amenazas muy poderosas contra el proyecto zapatista de Chiapas. Es una declaración de guerra contra el EZLN.  Víctor se une ahora a esta guerra contra el EZLN. Percibo en Víctor una actitud bastante frecuente entre los académicos mexicanos frente a los megaproyectos; según ellos, como  lo decía Heberto Castillo, hay megaproyectos buenos y megaproyectos malos, de acuerdo al presidente de la República que los promueve;  los megaproyectos de los gobiernos de izquierda, sensibles ante el sufrimiento de los pobres, son buenos megaproyectos, mientras que los megaproyectos de los gobiernos de derecha son invariablemente malos; la contaminación creada por el petróleo comunista es mucho menor que la contaminación creada por el petróleo capitalista.  Hay abundante explicación teórica internacional para demostrar que los megaproyectos son enemigos mayores de la ecología, el medio ambiente, las culturas y la sociedad; son parte fundamental del modelo de economía neoliberal globalizada ¿qué pasa con el rigor científico de los académicos y los científicos comprometidos con la sociedad, con relación al Tren Maya?  ¿dónde está la congruencia de Lopez Obrador en su lucha contra el neoliberalismo al promover el Tren Maya y el turismo en el Sureste? Creo que es más convincente la lucha zapatista de Chiapas contra el sistema político y económico que desquicia al mundo que la de López Obrador. Podría sorprenderle a Víctor el apoyo a la lucha contra el Tren Maya y otros megaproyectos de Lopez Obrador de las 560 resistencias comunitarias que menciona. 

Sólo con una mentalidad partidista puede exigirse que un movimiento indígena de Chiapas, muy amenazado por el ejército mexicano, pueda ofrecer apoyo abierto a todas las resistencias comunitarias del país. Los movimientos indígenas, campesinos, laborales, urbanos, ambientalistas, ecologistas están muy divididos, por muy buenas razones. La diversidad es la fuerza de estos movimientos sociales como lo es la diversidad biológica en la naturaleza.  La contabilidad académica de los movimientos sociales aniquila la capacidad de entender estas luchas".     

(3)“Hallelujah”: El TREN MAYA tiene el permiso del Gobierno de TRUMP. Integrantes del Consejo Regional Indígena:“El concepto que nos traen del supuesto desarrollo no es el de nosotros”...... “Ni las encuestas ni los rituales ni mucho menos los derechos de vía eximen al gobierno federal de informar y consultarnos”: https://rivieranayaritone.blogspot.com/2018/12/hallelujah-el-tren-maya-tiene-el.html


(4) Con FONATUR como encargado “del desarrollo inmobiliario” del TREN MAYA sabemos que esperar: https://rivieranayaritone.blogspot.com/2018/10/vidanta-mayan-palace-el-nuevo-aliado-de.html


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