Muchas
son las interrogantes sobre los megaproyectos anunciados por el gobierno de
Andrés Manuel López Obrador, especialmente el TREN MAYA y el corredor
transístmico.
Muchas
más son las expresiones de oposición de comunidades y organizaciones de pueblos
indígenas, así como de organizaciones ambientalistas y otras de la sociedad
civil.
El
TREN MAYA: ¿sueño o pesadilla?
Es como mínimo curioso que no exista
información pública objetiva, detallada y accesible sobre esos proyectos,
particularmente para las comunidades que serán afectadas, pero también para el
público en general. Los datos oficiales de dominio público son superficiales y
predomina los de corte propagandístico. No existe un sitio donde los proyectos
estén descriptos en detalle y se puedan consultar sin tener que asistir a un
acto oficial. A esta luz, es sorprendente que ya estén incluidos en el
presupuesto nacional, al parecer como actos de fe, ya que la información es muy
general y no pública, pero el dinero sí es público. Además, cualquier avance de
esos proyectos estará en violación de varias leyes y tratados, incluyendo el
derecho a consulta previa y a otorgar o denegar consentimiento por parte de
pueblos indígenas y campesinos, así como la obligación de realizar y colocar a
disposición del público estudios previos de impacto ambiental, y que solamente
si son ecológicamente viables podrían ser considerados.
Pese a esta falta de información, los
cuestionamientos a esos proyectos son respondidos por sus promotores atacando o
descalificando a los que tenemos una posición crítica. A menudo, en el mismo
acto, funcionarios oficiales u oficiosos del gobierno se sacan de la manga
informaciones que ellos sí dicen conocer sobre los proyectos y que al parecer van
adecuando a cada situación.
Podría uno preguntarse por qué si no
hay información disponible públicamente, ya existe tanta oposición. En parte,
porque esos proyectos no son nuevos. Desde Zedillo, al gobierno actual, pasando
por el de Peña Nieto y anteriores, ya existían proyectos similares, como el
corredor transoceánico del istmo de Tehuantepec y el Plan Puebla Panamá, que
pusieron en alerta a las comunidades.
Se trata de proyectos de desarrollo
sobre tierras y territorios indígenas y campesinos, pero no según lo que estos
pueblos quieren y proponen, sino según lo que instancias fuera de los pueblos
consideran que sería desarrollo y teóricamente bueno para ellos. Por lo que se
anuncia, con una visión convencional de desarrollo capitalista, promoviendo más
comercio nacional e internacional, explotación minera, energética, maderera,
turística y de desarrollo agrícola industrial. En cualquier caso, una visión
desde arriba y desde afuera que –en la mejor interpretación– no tiene en cuenta
las propuestas de las propias comunidades y pueblos indígenas para sus
territorios y que en muchos casos las sabotea o impide.
Parte de la oposición a esos proyectos
se debe a los impactos ecológicos que implican por su trazado sobre bosques,
ríos, ecosistemas únicos y otras afectaciones al medio ambiente, naturaleza,
territorios y recursos de los pueblos. Adicionalmente, en ambos proyectos los
impactos indirectos, tanto sociales como ambientales, serían peores aún que los
directos.
Por ejemplo, no se trata solamente de
si el TREN MAYA interrumpe el territorio del jaguar, frente a lo que "los
iniciados" responden que la carretera actual ya lo hace –aunque esto sea
sólo parcialmente cierto, ya que el trazado anunciado atraviesa el corazón de
importantes áreas protegidas, donde actualmente no hay carretera.
El tema es que, incluso en las zonas
donde ya existe carretera, la propuesta se dirige a aumentar las actividades de
carga, transporte de pasajeros y hotelería turística, lo cual, por un lado,
podría mantener o aumentar el tránsito carretero existente, pero, sobre todo,
ampliará el área de impacto mucho más allá de la zona de tránsito directo.
La existencia de salidas por vías
ferroviarias facilitaría también el avance de otras actividades, muchas de las
cuales las comunidades de la península han estado combatiendo, desde
deforestación, pecuaria y monocultivos industriales hasta parques eólicos o
solares. Tal como explican las comunidades de la península que lograron detener
con una sentencia legal el proyecto Aspy (Acuerdo de sustentabilidad para la
península de Yucatán), que diga "verde" o "sustentable" no
quiere decir que no sean megaproyectos de lucro o de beneficio de grandes trasnacionales
conservacionistas, que dañan los territorios y desplazan a las comunidades. https://tinyurl.com/y6wqvq26
Es básico que
comunidades y pueblos indígenas y campesinos deben ser consultados porque es su
derecho, tal como establece Naciones Unidas, y que dicha consulta debe ser de
buena fe, con las formas de los propios pueblos, libre, culturalmente adecuada,
y que puedan dar o negar su consentimiento a estos proyectos que impactarán sus
territorios. Más importante aún es que antes de imponer esos procesos, en los
cuales incluso la consulta puede ser un factor de conflicto y división, se
escuche a los pueblos sobre lo que ellos mismos piensan es necesario para sus
territorios y culturas (1).
El TREN
MAYA: ¿sueño o pesadilla?
…..
para que el Tren Maya sea la realización de un sueño, ese proyecto debe
inscribirse en el contexto de un Plan Maya por la Vida para toda la región.
Dicho plan, que debe encabezar el nuevo gobierno de André Manuel López-Obrador
(AMLO), debe reconocer este “conflicto civilizatorio”, ponerse del lado
correcto, y realizarse con la colaboración no solo de los pueblos y
organizaciones mayas, sino de los centros académicos, sus investigadores y
técnicos, las organizaciones conservacionistas, y las empresas sociales y
privadas de la región. Esta estrategia se puede convertir en un modelo para el
resto del país, y especialmente para los territorios con amplia presencia de
los pueblos originarios.
El Plan Maya por la Vida servirá
entonces como la brújula que señale las rutas sociales ambientales y culturales
del tren, su diseño y significado. Por ejemplo deberá contribuir a robustecer,
ampliar y multiplicar los proyectos ya existentes autogestivos y de cooperación
local y municipal. Deberá impulsar un turismo controlado, diverso y
alternativo, basado en las potencialidades y limitaciones de cada región. Como
hemos visto, ningún megaproyecto es neutral en principio, sino que está marcado
por los intereses en juego y en conflicto. Entre una política dirigida a
satisfacer las ambiciones de una minoría, o comprometida a lograr el bien
común, el respeto a las culturas y a la naturaleza y a la recuperación de la
memoria, única manera de mirar el futuro con fe y esperanza. De esa forma
comenzara de verdad la Cuarta Transformación del país (2)(3)(4).
____________________________
NOTAS:
(1) Artículo publicado por Silvia
Ribeiro* este fin de semana: https://www.jornada.com.mx/2019/01/05/opinion/016a1eco
/* Investigadora del Grupo ETC http://www.etcgroup.org/es
Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión,
Tecnología y Concentración)
El Grupo
ETC, organización internacional sin fines de lucro, tiene 30 años de
experiencia en trabajo con la sociedad civil internacional y movimientos
sociales sobre temas de defensa de la agricultura campesina, la soberanía
alimentaria, la defensa de la diversidad cultural y biológica y la denuncia de
tecnologías nocivas. Somos un pequeño grupo de investigadores con oficinas en
Canadá, Filipinas, México y Estados Unidos, que trabajamos en red con
organizaciones locales, científicos comprometidos y movimientos sociales.
Tenemos estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de la Organización
de Naciones Unidas, participamos en el Convenio sobre Diversidad Biológica, en
el Convenio sobre Cambio Climático y en las discusiones sobre alimentación en
la FAO: https://17edu.org/grupo-etc-grupo-de-accion-sobre-erosion-tecnologia-y-concentracion/
(2) Víctor M. Toledo/ Instituto de
Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM (Campus Morelia): El TREN
MAYA: ¿sueño o pesadilla? https://www.jornada.com.mx/2018/12/04/politica/018a2pol?partner=rss
"Me
parece que Victor simplifica demasiado las comparaciones entre el EZLN y
Lopez Obrador: minimiza en extremo la historia y la violencia que sufre
el EZLN desde hace más de dos décadas, por su lucha por la autonomía de
las comunidades; propone una rendición del EZLN ante el Buen Gobierno
de Lopez Obrador, cuando lo que quiere el EZLN es algo mucho más
importante que reforzar o reformar el estado- nacional: la autonomía
comunitaria que han conseguido los zapatistas, modelo para el mundo. Se
le olvida que gracias al EZLN en México y en el mundo, muchísimas
resistencias se han abierto y que el EZLN apoyó mucho la lucha contra el
NAIM y otros movimientos del país. Ignora la enorme influencia del EZLN
en Latinoamérica y otros continentes. Debería ser más respetuoso de la
historia del EZLN.
Sólo
con una mentalidad partidista puede exigirse que un movimiento indígena
de Chiapas, muy amenazado por el ejército mexicano, pueda ofrecer apoyo
abierto a todas las resistencias comunitarias del país. Los movimientos
indígenas, campesinos, laborales, urbanos, ambientalistas, ecologistas
están muy divididos, por muy buenas razones. La diversidad es la fuerza
de estos movimientos sociales como lo es la diversidad biológica en la
naturaleza. La contabilidad académica de los movimientos sociales
aniquila la capacidad de entender estas luchas".
COMENTARIO de Miguel Valencia, EDENAT@googlegroups.com:
Desde que leí su texto ambiguo
sobre el Tren Maya- publicado en el sitio de la unión de científicos
comprometidos con la sociedad- percibí su deseo de lanzarse en apoyo de
López Obrador en este y otros asuntos; lo ha hecho desde hace varios
años; se da cuenta de que el EZLN no puede aceptar este Tren Maya y su
política indigenista que representan amenazas muy poderosas contra el
proyecto zapatista de Chiapas. Es una declaración de guerra contra el
EZLN. Víctor se une ahora a esta guerra contra el EZLN. Percibo en
Víctor una actitud bastante frecuente entre los académicos mexicanos
frente a los megaproyectos; según ellos, como lo decía Heberto
Castillo, hay megaproyectos buenos y megaproyectos malos, de acuerdo al
presidente de la República que los promueve; los megaproyectos de los
gobiernos de izquierda, sensibles ante el sufrimiento de los pobres, son
buenos megaproyectos, mientras que los megaproyectos de los gobiernos
de derecha son invariablemente malos; la contaminación creada por el
petróleo comunista es mucho menor que la contaminación creada por el
petróleo capitalista. Hay abundante explicación teórica internacional
para demostrar que los megaproyectos son enemigos mayores de la
ecología, el medio ambiente, las culturas y la sociedad; son parte
fundamental del modelo de economía neoliberal globalizada ¿qué pasa con
el rigor científico de los académicos y los científicos comprometidos
con la sociedad, con relación al Tren Maya? ¿dónde está la congruencia
de Lopez Obrador en su lucha contra el neoliberalismo al promover el
Tren Maya y el turismo en el Sureste? Creo que es más convincente la
lucha zapatista de Chiapas contra el sistema político y económico que
desquicia al mundo que la de López Obrador. Podría sorprenderle a Víctor
el apoyo a la lucha contra el Tren Maya y otros megaproyectos de Lopez
Obrador de las 560 resistencias comunitarias que menciona.
(3)“Hallelujah”: El TREN MAYA tiene el permiso del Gobierno de TRUMP. Integrantes del Consejo Regional
Indígena:“El concepto que nos traen del
supuesto desarrollo no es el de nosotros”...... “Ni
las encuestas ni los rituales ni mucho menos los derechos de vía eximen al
gobierno federal de informar y consultarnos”: https://rivieranayaritone.blogspot.com/2018/12/hallelujah-el-tren-maya-tiene-el.html
(4) Con
FONATUR como encargado “del desarrollo inmobiliario” del TREN MAYA sabemos que
esperar: https://rivieranayaritone.blogspot.com/2018/10/vidanta-mayan-palace-el-nuevo-aliado-de.html
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