En Bahía de Banderas, en el estado
de NAYARIT, la vida cotidiana se
vuelve una pesadilla cuando se
trata del agua potable:
las personas residentes se enfrentan a
elevados costos, escasez y contaminación.
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in English: What’s That
Stench? Something Stinks in One of Mexico’s Tourist Paradises https://globalpressjournal.com/americas/mexico/whats-stench-something-stinks-one-mexicos-tourist-paradises/#:~:text=The%20protests%20were%20held%20because,shore%20during%20the%20rainy%20season.
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En San Francisco (San Pancho), municipio de
Bahía de Banderas, en el estado de Nayarit, se encuentra una de las playas con
los atardeceres más hermosos de la región. Todos los días, el sol desaparece en
el horizonte tras sumergirse en el mar.
Cuando no queda rastro de él, los turistas
provenientes de diferentes rincones del mundo aplauden gustosos después de
tomarle múltiples fotografías al ocaso.
Pero cuando la oscuridad de la noche emerge y
los visitantes paulatinamente comienzan a retirarse, el ambiente festivo se
diluye al arribo de los olores fétidos, que surgen cuando arrancan los motores
de la planta de tratamiento que está situada al lado izquierdo de la playa. Las
descargas de aguas residuales se vierten al estero del pueblo, el cual en
temporada de lluvias se abre para conectarse con el mar (X).
El tratamiento de las aguas residuales en San
Francisco se encuentra en manos del Organismo Operador
Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, conocido como
OROMAPAS, que por su constitución jurídica mantiene cierta autonomía, y entre
otros subsidios ha recibido ingresos del Banco Interamericano de Desarrollo.
El desempeño de OROMAPAS, con resultados
desastrosos.
Desde hace 25 años, OROMAPAS ha venido
adjudicándose de manera paulatina la administración del agua potable y alcantarillado
del municipio de Bahía de Banderas. Pero, dicen los residentes que habitan al
norte del municipio, los resultados han sido desastrosos: aguas grises rodando
por las calles, escasez de agua potable y cuerpos de agua contaminados son tres
circunstancias que experimentan de manera cotidiana.
Esta contaminación tiene un impacto directo en
los habitantes del pueblo que están en el mar cada día.
Jorge Alexis Castellón, originario de San
Francisco, buzo industrial de profesión y amante del surf, cuenta que una vez
tuvo que firmar una responsiva autorizando la amputación de su pie, luego de
que desarrollara gangrena al infectarse por bacterias en el mar. Finalmente, la
amputación no fue necesaria.
“Iba a perder el pie. Estaba propenso a pasar,
así que lo tuve que hacer para que los doctores pudieran realizar el
tratamiento”, dice Castellón, quien se hizo una pequeña
herida al golpearse con una piedra mientras surfeaba frente al estero. La
infección creció rápidamente y al tercer día no podía caminar.
Desde el presidente Echevarría, expropiación de
las tierras.
Actualmente, la región de Bahía de Banderas se
ha situado como uno de los principales centros turísticos internacionales de
sol y playa en México. El proyecto comienza a perfilarse en la década de 1970
con el entonces gobierno federal del presidente Luis Echeverría. Las zonas
destinadas al desarrollo turístico se gestaron a partir de la expropiación de
tierras a las comunidades campesinas que colindaban con el litoral del océano
Pacífico.
Como parte del pago por la expropiación de
tierras en el litoral, el gobierno de Echeverría inició un proceso de
urbanización y aprovisionamiento de servicios básicos a la población de las
zonas afectadas, dejando la administración del servicio de agua potable y
alcantarillado a los consejos de agua potable, alcantarillado y saneamiento de
cada una de las localidades, que son entidades autónomas integradas por los
habitantes del pueblo.
Sin embargo, desde 1998, OROMAPAS, un organismo
paramunicipal dispuesto en la Ley de Agua Potable y Alcantarillado del estado
de Nayarit ha asumido gradualmente la gestión del agua y saneamiento del
municipio.
Los organismos paramunicipales son públicos — pero participan también con presupuestos privados — incluso con fondos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo.
SAYULITA, ¿Pueblo Mágico?
La adjudicación de la gestión del agua potable
y saneamiento de Bahía de Banderas por parte del organismo paramunicipal no ha
sucedido de manera fluida: Una de las últimas adjudicaciones ocurrió al norte
del municipio en el poblado de Sayulita, donde la adscripción del servicio por
parte de OROMAPAS se logró en un contexto de protestas y descontento de la
población local.
Las protestas se basaron en que, en San Ignacio,
una localidad al norte de Sayulita, el ambiente se encuentra permeado por un
olor nauseabundo que deviene de las aguas grises que corren por sus calles
hacia el cauce del arroyo El Guamúchil, que en tiempo de aguas desemboca en la
playa de Sayulita.
San Ignacio fue una de las primeras localidades
que entregó la administración del servicio de agua y saneamiento a OROMAPAS.
“Ya tiene como 25 años operando”, dice J. Isabel López González, juez auxiliar
de San Ignacio, quien explica que desde 2009 se equipó al pueblo con una planta
de tratamiento e infraestructura para drenaje. Sin embargo, hasta el momento no
se ha puesto a funcionar, dice, debido a una falta de voluntad para invertir
más en la planta.
“Nos afecta a todos. … En tiempo de calor el
olor es más fuerte”, dice una habitante nacida en San Ignacio,
quien, al igual que otras personas habitantes, pidió que no se revele su
identidad por temor a represalias.
La contaminación no solo afecta la calidad del
aire sino también los cuerpos de agua subterráneos que la población utilizaba
para abastecerse de agua potable en tiempo de sequías.
“Hay pozos de agua por el arroyo y no puedes bañarte con esa agua porque huele muy mal y te salen ronchas en la piel”, dice la habitante de San Ignacio.
Por el arroyo no solamente hay pozos de agua artesanales sino también la noria que abastece de agua potable al pueblo explica López. “Hay mucha gente que empezó a decir que cuando se bañaba le salían ronchas y sentía picazón en el cuerpo”, dice.
Los reportes a las autoridades correspondientes relacionados con la deficiencia del servicio han sido constantes, pero las soluciones no han llegado. “Hemos reportado a todo mundo, pero nadie se hace responsable, nadie quiere atorarle al toro”, dice López. Aun así, en abril OROMAPAS se acercó al pueblo prometiendo arreglar el problema, pero o hubo solución.
Río abajo se encuentra la localidad de
Sayulita, clasificada como un pueblo mágico donde conocidas personalidades del
mundo del espectáculo se han visto desfilar en el último año. Aquí, en 2021,
OROMAPAS asumió las funciones del Consejo de Agua Potable, Alcantarillado y
Saneamiento de Sayulita.
“Mucha de la gente que es originaria de aquí
no quería [entregar el agua]. Sin embargo, como en todos lados donde empieza el
desarrollo, hay cambios y la gente originaria del lugar sale sobrando”,
dice otra habitante de Sayulita.
El consejo fue una entidad autónoma que para el
aprovisionamiento del servicio se abastecía de los ingresos que se recibían de
los pagos de los usuarios. Es decir, no se contaba con el presupuesto de
instituciones públicas.
La gestión del agua potable por parte de OROMAPAS inició con la despersonalización del servicio, cuentan habitantes de Sayulita. Los usuarios dicen haber dejado de tener nombre propio y convertirse en un número. Los problemas técnicos relacionados con el aprovisionamiento comenzaron a tomar mayor tiempo del acostumbrado para su solución, la presión del agua disminuyó, se permitió el aprovisionamiento de agua a las localidades vecinas, y los pagos por el servicio se multiplicaron, dicen residentes de la zona.
“Por decir que cuando estaba la antigua
administración pagaba 900 pesos anuales [50 dólares estadounidenses]. Hoy con
la presente administración se pagan 2 o 3 mil pesos mensuales [110 o 165
dólares]. Hay un cambio gigante”, dice la misma habitante de
Sayulita.
Ante el incremento del costo por el servicio,
los habitantes han solicitado que se revisen las redes de agua potable, pero la
atención ha llegado a tardar entre dos y tres meses y las soluciones suelen ser
fallidas puesto que los técnicos no están suficientemente capacitados, dicen
los habitantes.
“Conectaron mi medidor a la tubería del
vecino”, dice la habitante, añadiendo que para
solucionar el problema ha tenido que realizar todo un procedimiento burocrático
que le ha costado varios meses sin tener éxito; mientras tanto, la cuenta sigue
aumentando debido a los intereses que le cobran por no pagar los recibos que
llegaron del medidor que fue conectado a la tubería equivocada, dice. Aun así,
OROMAPAS le ha advertido que, de no pagar, cortarán el suministro, añade.
En Sayulita, el aprovisionamiento de agua a las
localidades vecinas es otra novedad: “El servicio era 100% para la
comunidad. Solamente se podía hacer una excepción cuando protección civil
necesitaba una pipa de agua para atender una emergencia”, dice otra
habitante. Sin embargo, actualmente los habitantes dicen observar cómo las
pipas de agua salen de las áreas de rebombeo para llevar agua a las localidades
vecinas mientras el pueblo carece del servicio completo.
“Llego a ver hasta cuatro pipas al día saliendo
de uno de los tanques de rebombeo”, dice la habitante.
La situación en SAN PANCHO.
Siete kilómetros hacia el norte de Sayulita se
encuentra el poblado de San Francisco (San Pancho), que por la noche sufre de
los olores fétidos de las descargas de aguas residenciales, y donde una
exclusiva empresa de hospedaje acaba de adquirir tierras para su próximo
desarrollo turístico (X). Ahí se encuentra el único pueblo al norte de Bahía de
Banderas que aún mantiene la administración DEL CONSEJO DE AGUA POTABLE,
ALCANTARILLADO Y SANEAMIENTO, pero el saneamiento se encuentra en manos de
OROMAPAS.
Claudio Vázquez Madrigal, director de este Consejo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de San Francisco, explica que hay dos plantas de tratamiento del pueblo: una ubicada al lado del estero, instalada hace 50 años por el gobierno de Echeverría y la segunda a un kilómetro arriba, la cual se puso a funcionar hace tres años, pero después de cuatro meses de uso, se rompió. Las dos podrían estar funcionando al 50% de su capacidad y el agua semi tratada podría estar desembocando directo al estero, dice Vázquez.
Aun así, desde hace algunos meses, el Consejo de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento se ha visto presionado para entregar la administración del servicio a OROMAPAS, pero el pueblo se opone. La resistencia no es sencilla, explica Vázquez, puesto que no existe ninguna autoridad coercitiva que obligue a los morosos a pagar. Los usuarios del servicio deben acudir a las oficinas por su propio pie para liquidar su consumo, pero existen usuarios que se resisten.
Hay quienes declaran una sola toma, pero tienen
varias viviendas que rentan en un mismo lugar, dice Elvia García Palomera,
habitante originaria de San Francisco.
El servicio que ofrece el Consejo de Agua
Potable, Alcantarillado y Saneamiento a la localidad no es perfecto, dice
García, pero resulta cercano a la gente y también en la organización
comunitaria vislumbran la solución. Sin embargo, cuando la administración del
servicio pasa a manos de terceros, la comunidad pierde el control del servicio,
lo cual no sería un problema mayor si las experiencias con la nueva gestión
resultaran favorables, pero para San Francisco, los problemas que enfrenta con
la calidad del servicio que ofrecen las plantas de tratamiento, más la
experiencia de los pueblos vecinos, resultan una muestra tangible de la
situación que le espera con el cambio de mando, dicen sus habitantes.
Se necesita respaldar al consejo de agua local
para obligar a las personas a pagar sus facturas, dice García. De ese modo, San
Francisco podría retener el control autónomo de su sistema de agua.
“Necesitamos un comité de apoyo al consejo de
agua potable para hacer un inventario”, dice.
NOTAS:
(1) FUENTE: Publicación original de Maya Piedra
…. en GLOBAL PRESS JOURNAL. Maya Piedra es una reportera de GLOBAL PRESS
JOURNAL en Guadalajara, Jalisco, México.
Global Press Journal is an
award-winning international non-profit news publication that employs local
women reporters in more than 40 independent news bureaus across Africa, Asia
and Latin America.
OROMAPAS (Organismo Operador
Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento) del Bahía de Banderas,
NAYARIT) no respondió múltiples solicitudes de entrevista realizadas por GLOBAL
PRESS JOURNAL.
(2) SAN PANCHO, BAHÍA de BANDERAS, NAYARIT: ¡La planta de tratamiento de agua no funciona… las aguas negras van al mar …cerca del pozo del pueblo!
https://rivieranayaritone.blogspot.com/2022/03/san-pancho-bahia-de-banderas-nayarit-la.html
(3) La historia de San Pancho tiene mucho que
ver con la historia de las políticas nacionales y, por lo tanto, con la visión
de país de la década de los años setenta, específicamente durante la
presidencia de Luis Echeverría, entre 1970 y 1976: https://lilha.org/historia/
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