¡JUNTOS al ABISMO!
El crecimiento económico tiene su origen en la devastación ecológica, climática, cultural y social, en gran escala.
Los países del Norte Global, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, están desquiciados, no quieren aceptar que sus modos de vida son la causa principal de los colapsos del clima, la ecología, las culturas vernáculas y el lazo social,
que su pasión por el avance tecnológico y el crecimiento económico pone en peligro al mundo.
No quieren aceptar las reducciones radicales en sus consumos que podrían mitigar estos colapsos globales interrelacionados.
Están invadidos por un espíritu de muerte y destrucción: quieren morir como Sansón, matando a los demás, a la humanidad entera.
Esperemos que la juventud de esos países logre cambiar este rumbo suicida.
“La ecología (política) es subversiva porque cuestiona el imaginario capitalista que domina el planeta. Ella rechaza el motivo central, según el cual nuestro destino es aumentar sin cesar la producción y el consumo. Ella demuestra el impacto catastrófico de la lógica capitalista sobre la naturaleza y el ambiente y sobre la vida de los seres humanos”
Cornelius Castoriadis[1],
Los gobiernos más poderosos del mundo- el G-7, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza-, insisten en lanzar “audaces” o “ambiciosas” propuestas para mitigar el colapso del clima las que según ellos no frenan el crecimiento económico y el desarrollo (la utopía que por décadas han impuesto al mundo, para justificar la introducción de políticas, programas y proyectos enemigos del clima y la ecología)
Propuestas como: la plantación industrializada de árboles, los mecanismos de mercado (cap and trade), las compensaciones (offsets), “cero emisiones netas de carbono” (Net Zero carbon emissions), Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación (REDD+), la “captura y secuestro de carbono”, las “energías limpias o renovables” los “biocombustibles”, la “geoingeniería”, han sido muy utilizadas por estos gobiernos, para engañar a la opinión pública mundial.
Ocultan, desde luego, que estas propuestas no tienen capacidad real de mitigar significativamente el colapso del clima; que sólo sirven para simular que se hace alguna acción en este sentido y que la devastación creada por el crecimiento económico global es siempre muy superior a las mitigaciones que pueda ofrecer cualquier “solución tecnológica” impulsada por los gobiernos, para enfrentar esta calamidad.
El crecimiento económico tiene su origen en la devastación ecológica, climática, cultural y social, en gran escala.
Para conservar el crecimiento económico, los gobiernos poderosos quieren ignorar las muy probables consecuencias que tendría no reducir, antes de 2030, el 50% del consumo de gas, carbón y petróleo, tal como lo exige el informe de 2018 del IPCC (Panel internacional de expertos en cambio climático), para evitar un rápido aumento de la temperatura en la superficie de la Tierra.
Quieren ignorar que de no realizar la reducción radical que exige el IPCC, en las próximas décadas podrían morir prematuramente en el mundo decenas de millones de personas y enfrentar condiciones de gran penuria, sufrimiento y desamparo cientos de millones de personas debido a la multiplicación y mayor intensidad de las olas de calor, las sequías, los incendios forestales, las tormentas e inundaciones nunca vistas, las temperaturas superiores a 50° C, los tifones, ciclones y huracanes récord y otros eventos climáticos extremos.
También, decenas o cientos de millones de personas podrían morir o quedar en gran desamparo, a consecuencia de la violencia, la toxicomanía, el hambre, la destrucción del lazo social, la miseria, las migraciones, el paro de actividades, las devaluaciones, las revueltas, las represiones, las guerras, la debilidad extrema de los estados del Sur Global, provocados y provocadas por otros colapsos mundiales que están en marcha, como el ecológico, el cultural, el social, el económico, el político y el simbólico, reforzados por el colapso del clima.
Desde hace algunas décadas, el crecimiento económico global se ha conseguido principalmente por medio de la aplicación de tecnologías de enorme impacto climático y ecológico, devastación de reservas y riquezas naturales y de gastos de emergencia humanitaria derivados de eventos climáticos y ecológicos extremos unidos a gastos para reponer infraestructura perdida en estos eventos extremos, o para crear nueva infraestructura, para “adaptarse” al colapso del clima.
El decrecimiento económico global es inevitable a consecuencia de las acciones realizadas por los gobiernos poderosos, para lograr el desarrollo y el crecimiento económico, realizadas en las últimas cinco décadas. La burbuja puede explotar sin previo aviso, como sucedió en 2008, pero, con mayor potencia.
El colapso del clima y el colapso ecológico son subversivos porque cuestionan el imaginario social-básicamente conformado por ideas o sueños económicos, economistas, economicistas-, en el que se fundan las utopías del progreso, el desarrollo, la modernización y el crecimiento económico ilimitado que han sido glorificadas por los gobiernos más poderosos del mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Este imaginario social- neoliberal, racista, militarista y patriarcal- creado por la Escuela, la Televisión, la Radio, la Publicidad, las Relaciones Públicas, los Grandes Espectáculos, la Urbanización, quiere negar la calamidad climática y ecológica que implican los modos de vida de los países del Norte Global sustentados en: el uso intensivo del avión, el auto, el tren de mediana y alta velocidad; la generación de electricidad por medio de gas, carbón y petróleo y la utilización de grandes bombas de agua; el consumo de carnes rojas y el uso del smartphone y el internet; y sus apoyos, como: la agroindustria, la industria alimentaria y el turismo; los mercados, el libre comercio, la globalización, el Estado- Nación espía, militarizado y policiaco y la guerra multidimensional.
Los gobiernos poderosos del mundo se niegan a reconocer que el escandaloso despilfarro de energía, metales, maderas, tierras raras que implican los modos de vida “desarrollados”, no puede seguir creciendo por mucho más tiempo sin provocar la multiplicación de genocidios y ecocidios y la desaparición de una buena parte de la especie humana.
Los países del Norte Global, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, están desquiciados, no quieren aceptar que sus modos de vida son la causa principal de los colapsos del clima, la ecología, las culturas vernáculas y el lazo social y que su pasión por el avance tecnológico y el crecimiento económico pone en peligro al mundo.
No quieren aceptar las reducciones radicales en sus consumos que podrían mitigar estos colapsos globales interrelacionados.
Están invadidos por un espíritu de muerte y destrucción: quieren morir como Sansón, matando a los demás, a la humanidad entera.
Esperemos que la juventud de esos países logre cambiar este rumbo suicida.
[1] “ L’ecologíe contre les marchands”, en Une societé a la derive, Seuil, Paris, 2005, p 237
por Miguel Valencia Mulkay
¡Descrecimiento o colapso!
"En defensa de la Naturaleza. Grupo de la Cuenca del Valle de México" (EDENAT)
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Por una Ciudad de México Verde
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