domingo, 30 de junio de 2013

DESARROLLO y CULTURA: En NAYARIT hay poco de ambos.





 















DESARROLLO no solamente significa crecimiento económico. 

DESARROLLO implica ampliación de las posibilidades humanas, fortalecimiento de las capacidades de las personas y aumento de sus posibilidades de elección. Requiere la reducción de las desigualdades, incl.  lo que se refiera a la equidad de género, la conservación del ambiente, la participación social, el reconocimiento de las diversidades étnicas y regionales, entre muchas otros.

PROGRESO ECONÓMICO y PROGRESO SOCIAL están culturalmente condicionados.

Para NAYARIT las supuestos cifras record de la inversión privada en el ramo turístico, la entrega de equipo y maquinaria para las comunidades agrícolas, las miles de despensas repartidas en las comunidades indígenas de la Sierra no son indicadores de DESARROLLO. 





Traer a Julio Iglesias y Luis Miguel “totalmente gratis” o una pelea de box medio-importante, no es DESARROLLO ni CULTURA.
 




Los autoelogios sobre los supuestos logros del “Gobierno de la Gente” y sobre el “histórico progreso” en Bahía de Banderas son ejemplos más bien de una ANTI-CULTURA.

CULTURA y DESARROLLO se han convertido en dos conceptos fundacionales que cubren toda una variedad de significados ambiguos y/ o a veces confusos. Nos limitaremos a dos concepciones distintas del DESARROLLO (1).

Según la primera, el desarrollo es un proceso de crecimiento económico, uno de expansión rápida y sostenida de la producción, la productividad y el ingreso por habitante (algunos matizan esta definición insistiendo en una amplia distribución de los beneficios de este crecimiento).

De acuerdo con la segunda concepción, adoptada por el informe sobre desarrollo humano publicado anualmente por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), y asumida también por un gran número de distinguidos economistas, el desarrollo se concibe como un proceso que aumenta la libertad efectiva de quienes se benefician de él para llevar adelante cualquier actividad a la que atribuyen valor. En esta concepción del desarrollo humano (por oposición al desarrollo puramente económico), el progreso económico y social están culturalmente condicionados. En esta perspectiva la pobreza no sólo implica carecer de los bienes y servicios esenciales, sino también de oportunidades para escoger una existencia más plena, más satisfactoria más valiosa y más preciada. 

Se han propuesto diversos indicadores de la calidad de vida, tales como la longevidad, la buena salud, la alimentación adecuada, la educación y el acceso al conocimiento acumulado por la humanidad, la ausencia de desigualdades basadas en el sexo, libertades políticas y sociales, la autonomía, el empoderamiento, el derecho a participar en la vida cultural de la comunidad y en las decisiones importantes que tienen incidencia sobre la vida y el trabajo de los ciudadanos, etcétera. 
Evidentemente, todo conjunto de indicadores cuantitativos siempre será insuficiente para dar cuenta de la riqueza del concepto de “desarrollo humano”. Pero estos son los aspectos importantes para la otra concepción del desarrollo, considerado como el fortalecimiento de las capacidades de las personas y el aumento de sus posibilidades de elección, y no sólo como la mera acumulación de productos materiales. 


La función de la CULTURA es diferente en las dos interpretaciones. 
En la concepción que hace hincapié en el crecimiento económico, la cultura no desempeña un papel fundamental. Es puramente instrumental: puede favorecer un crecimiento rápido o ser un obstáculo para él. Cuando las actitudes y las instituciones culturales impiden el crecimiento, deben ser erradicadas. En este análisis, la cultura aparece no como algo valioso en sí mismo, sino como un medio al servicio de un fin: promover y sustentar el progreso económico. 

Por otra parte en el seno de las sociedades ricas existen grupos que rechazan el crecimiento indefinido o infinito y el consumismo, y han elegido el criterio de lo estrictamente necesario y adecuado. En sus filas encontramos a algunos investigadores, sacerdotes, comunidades y miembros de ciertos grupos militantes (2). 

Pero incluso a los partidarios del crecimiento económico se les plantea la cuestión de saber si éste debe ser valorado como un fin en sí mismo, mientras que los instrumentos —entre los cuales se encuentra la cultura— sólo se valoran como medios; o si el crecimiento mismo sólo es un instrumento con menos pretensiones que los aspectos culturales de la existencia humana para desempeñar un papel fundamental. 

Si reflexionamos, la mayoría de nosotros valoramos los bienes, los servicios porque nos ofrecen una mayor libertad para vivir según nuestros valores. Además, también es difícil aceptar que la cultura se reduzca a una función puramente instrumental. Ciertamente, aquello a lo que otorgamos, con razón, valor —este es el criterio último— tiene que formar parte de la cultura. La educación, por ejemplo, promueve el crecimiento económico y tiene, en ese sentido, un valor instrumental; pero, al mismo tiempo, la educación es un elemento esencial del desarrollo cultural, dotada de un valor intrínseco. Por consiguiente, no podemos reducir la cultura a una posición subalterna de simple catalizador del crecimiento económico. 

CULTURA da sentido a nuestra existencia.
Es indispensable reconocer el papel instrumental muy extendido de la cultura en el desarrollo y admitir al mismo tiempo que este papel no agota todo lo que hay de cultural en la apreciación del desarrollo. La cultura desempeña igualmente un papel porque es un fin deseable en sí mismo, porque da un sentido a nuestra existencia.

Desempeña estos dos papeles no sólo en el contexto de la promoción del crecimiento económico, sino también en relación con otros objetivos, tales como la conservación del ambiente, la preservación de los valores familiares, la protección de las instituciones civiles de la sociedad, etcétera.

En la consecución de todos estos objetivos, algunos factores culturales tendrán incidencias positivas, otros negativas; y en la medida en que se valoran esos objetivos, se tienden a valorar - directa o indirectamente - las actitudes y los rasgos culturales que favorecen la realización de dichos objetivos. Sin embargo, cuando se trata de la cuestión esencial de saber por qué concentrarse en estos objetivos particulares (entre los cuales se encuentra el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, la conservación del ambiente, la educación de acuerdo a valores, etcétera), la cultura se debe entender de una manera más fundamental, no como un instrumento al servicio de tales o cuales fines, sino como la base social de los fines mismos. 

No podemos comenzar a comprender la denominada “dimensión cultural del desarrollo” sin tomar conciencia de cada uno de estos dos papeles de la cultura. La cultura no es pues un instrumento del progreso material: es el fin y el objetivo del desarrollo, entendido en el sentido de realización de la existencia humana en todas sus formas y en toda su plenitud. 

Para NAYARIT las supuestos cifras record de la inversión privada en el ramo turístico, la entrega de equipo y maquinaria para las comunidades agrícolas, las miles de despensas repartidas en las comunidades indígenas de la Sierra no son indicadores de DESARROLLO.


Traer a Julio Iglesias y Luis Miguel “totalmente gratis” o una pelea de box medio-importante, no es DESARROLLO ni CULTURA.

Los autoelogios sobre los supuestos logros del “Gobierno de la Gente” y sobre “el histórico progreso” en Bahía de Banderas son ejemplos más bien de una ANTI-CULTURA (3) (4).

Difícilmente se puede hablar de DESARROLLO, si NAYARIT ocupa el segundo lugar nacional con mayor prevalencia de violencia contra las mujeres (5), si  hay una deserción escolar del 13,4% (6) - aún por abajo del promedio nacional – y mientras que en el estado existan evidencias de INEQUIDAD Y MARGINACIÓN SOCIAL tan marcadas entre las localidades y entre los grupos socioeconómicos de las poblaciones (7).

 


















El autoritarismo y el machismo de la mayoría de los hombres con su cultura de dominación, en especial de los gobernantes del municipio Bahía de Banderas y la simulación de procesos supuestamente equitativos y participativos contribuyen al retroceso en materia de DESARROLLO. 




















Para que el desarrollo sea sustentable se requiere una “culturización” a todos los niveles. Lo cual necesita una macro inversión inteligente en educación cívica con la aplicación de herramientas antropológicas, sociológicas y de desarrollo comunitario. Es necesario facilitar “procesos de aprendizaje” con una masa crítica en cada poblado del estado.
























Lo primero que se necesita es un cambio de paradigma a nivel de los funcionarios estatales y municipales. No existe ninguna dependencia estatal o municipal que tenga la sensibilidad, conocimiento y experiencia necesarios para conducir el cambio de paradigma: de una sociedad rural a una sociedad de generadores de soluciones innovativas en el campo o en la industria y de prestadores de servicios turísticos competitivos.


La integración de las universidades y de la sociedad civil organizada donde hay un tesoro de conocimientos sobre la creación de capital humano, parece difícil. Todavía se percibe como una amenaza en lugar de un recurso que se puede aprovechar.













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NOTAS:

(1)  Tomado de Javier Pérez de Cuéllar “Nuestra Diversidad Creativa” (Introducción); Desarrollo Cultural. UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0010/001055/105586sb.pdf


http://rivieranayaritone.blogspot.mx/2012/06/utilizar-lo-menos-posible-es-cool.html
¿Nos conviene el crecimiento o el decrecimiento del PIB?- Joan Martínez Alier

(3) EL GOBIERNO DE LA GENTE EN LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE: http://youtu.be/nHYrCZy6yZg /Vamos por más y mejor Nayarit: http://youtu.be/rB-HFnOZOQM / Nayarit instala su propia "Disneylandia"  navideña: http://youtu.be/kX2ze_ml9CQ

(4) VIVE BAHÍA  / http://youtu.be/Og_xq4Ooz0s
BAHIA DE BANDERAS : Una Nueva Historia de Progreso : http://youtu.be/OkiePusl-bw

(5) VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, “ORGULLO” QUE UNE A LOS HOMBRES DE NAYARIT, SEGUNDO LUGAR NACIONAL EN MALTRATO FEMENINO  http://www.rednayarit.net/info/nota8915.html#sthash.UG2unUbo.dpuf

(6) Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior: http://www.sems.gob.mx/es/sems/encuesta_nacional_desercion_ems
(7) Municipio BAHÍA DE BANDERAS: Ejemplo de la bancarrota de la política de desarrollo turístico nacional, estatal y municipal: http://rivieranayaritone.blogspot.mx/2013/06/municipio-bahia-de-banderas-ejemplo-de.html

1 comentario:

  1. Los gobernantes siguen "sacando raja" de la marginación sociocultural. Mira que considerar eventos culturales traer a Luis Miguel y Julio Iglesias. Me recuerda a quien dijo "...si el pueblo tiene hambre, pues denle pasteles"

    Esteban

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