La distancia que en las décadas recientes se ha creado entre las realidades del campo y la ciudad ha generado un abismo cultural, educativo, económico, social, político, organizacional y ambiental.
Los tianguis y mercados orgánicos
resuelven la necesidad del pequeño productor de introducirse al mercado local y
regional y de obtener un precio justo por sus productos y su trabajo.
Además, dan la oportunidad de
rescatar la herencia ancestral que ha existido en los tianguis de Mesoamérica,
donde se vive una mezcla de las tradiciones mercantiles entre los pueblos y
ciudades (1).
En las
ciudades se ha perdido el conocimiento tradicional de nuestra vinculación como seres
vivos con la tierra; la procedencia de los alimentos es desconocida, así como
los tiempos de desarrollo de las especies que nos alimentan, sus
requerimientos, el trabajo que implica y la estacionalidad que va entre la
siembra y la cosecha.
El campesino
desconoce estas carencias que existen en las ciudades; creen que allí toda la
gente sabe diferenciar las verduras que crecen sobre el suelo de las que lo
hacen debajo del suelo, que las semillas de cada cultivo son distintas y que
saben distinguir una hierba silvestre de una medicinal.
El
consumidor cree que todos los campesinos reciben el dinero que merecen por su
trabajo, y compra diez kilos de zanahoria en 15 pesos creyendo que es una gran
oferta, sin imaginar que es al productor a quien se perjudica con un precio tan
bajo. Hasta que un día se pregunta el porqué de la pobreza en el campo.
El largo camino de la
comercialización. El
productor, al momento de enfrentarse a la comercialización de sus productos, se
encuentra con intermediarios que ofrecen precios extremadamente bajos por la
compra de sus cultivos, y en ocasiones prefiere regalarlos o dejar que se
pudran en el campo.
En los tianguis orgánicos se vive un intercambio cultural, en donde participan actores de comunidades indígenas, campesinas y ciudades; conviven personas de todas edades e intereses; se recrean las relaciones entre productores y consumidores; se comunican sus problemas y dificultades, sus conocimientos y saberes, sus gustos y preferencias. Entre consumidores crean amistad, comparten recetas, hablan de salud y bienestar. Entre productores surge la posibilidad de intercambiar experiencias sobre lo que enfrentan en el campo, la forma de controlar plagas, la mejora de sus productos y hacen trueque de semillas y plantas.
Por medio de la Certificación Participativa (2), se crean lazos de confianza en donde el productor sabe que la alimentación de la familia del consumidor depende de que sus métodos de producción sean honestos y transparentes, de su ética y del abasto del producto.
Para muchos
consumidores, el tianguis es un refugio para personas con alimentación especial como celiacos, vegetarianos,
diabéticos, alérgicos a ciertos alimentos y con afecciones del sistema nervioso
o inmunológico, ya que es un privilegio encontrar alimentos limpios y con
ingredientes naturales.
En el caso del productor, el tianguis orgánico le da la
oportunidad de mantener sus sistemas productivos y hacerlos sustentables a lo
largo del tiempo, ya que logra, en el mejor de los casos, cubrir y recuperar
sus costos de producción y continuar su vida en el campo.
El tianguis orgánico, además de
acercar al productor y al consumidor, vincula a diversas organizaciones
ambientalistas y sociales; participan empresas, universidades, estudiantes, investigadores,
profesionistas, tiendas y en algunos casos instituciones de gobierno, y
consolida la unión social y de intereses, resultando ser un espacio de
intercambio de ideas.
El tianguis
orgánico trasciende como un espacio de rescate del valor cultural y culinario
que tiene nuestro país y fortalece las relaciones que nos hacen vivir como una
sociedad con una gran riqueza ancestral. El tianguis orgánico promueve un
estilo de vida que lleva a la sustentabilidad, y que desarrolla la clara
conciencia de que nos necesitamos unos a otros para hacer crecer las economías
locales de México y que requerimos generar acciones basadas en el consumo
responsable, en la protección del ambiente y la responsabilidad con la salud
humana.
Desde 2003, un número creciente de tianguis y
mercados orgánicos se ha ido formando en varias localidades, principalmente
desde el centro hasta el sur del país, también en JALISCO.
NAYARIT desafortunadamente todavía no aparece en el mapa de los tianguis
orgánicos del país. Hay tiendas naturistas que venden productos orgánicos. Seguramente
también hay agricultores de productos orgánicos que venden en mercados convencionales. NO parecen estar organizados o ser miembros de la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos (3). Tampoco están organizados los consumidores.
En los municipios del sur del estado,
especialmente en Bahía de Banderas, residen muchos estadounidenses y
canadienses que tienen una preferencia para comida saludable que representan un
segmento atractivo con su poder adquisitivo que hasta ahora nadie ha aprovechado
de manera profesional.
La administración actual del estado de
NAYARIT – con cuatro Secretarios de Agricultura en 2 años – no tiene la
sensibilidad para ver, ni la capacidad de aprovechar las múltiples oportunidades que ofrecen los productos
orgánicos para venderlos localmente. De parte de la SEDER (SECRETARIA
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca de NAYARIT) (4) no
existen apoyos ni programas educativos para fomentar el concepto. La estructura
del SEDER no es lógica ni transparente. Refleja un pensamiento de los años 70. En
su política el tabaco todavía aparece como “Cultivo Estratégico". ¿Qué se puede esperar de una Secretaría de
Agricultura estatal con estas prioridades?
La Dirección de Desarrollo Rural del VIII Ayuntamiento del de Municipio Bahía de Banderas tampoco se
caracteriza por ver viendo las oportunidades en este segmento. Parece que el
modelo mental de los responsables no es susceptible a la agricultura orgánica. En
sus facultades y atribuciones ni lo mencionan el concepto.
Las universidades de la región también brillan por ausencia en lo que se refiere al tema.
El año pasado se publicó la Ley para el Desarrollo Agrícola
“SUSTENTABLE” del Estado de NAYARIT (5). Ejemplo típico de un “greenwash”
(6) de la administración estatal que oscila entre Turismo y Agricultura,
sin poder conciliar los dos mundos (7). De “sustentable” la Ley no tiene nada.
NOTAS:
(1) Artículo completo de Giselle Buchán
Kuri en: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2013/03/16/134051896-tianguis-organicos-espacios-de-vinculacion-campo-ciudad
Giselle Buchán Kuri es coordinadora del proyecto
Bosque de Agua, tianguis alternativo en el municipio de Metepec, Estado de
México, que pretende eliminar el “intermediarismo comercial”, busca rescatar al
productor del campo al realizar el acto de comercio justo, que el productor
reciba la ganancia total por su trabajo: http://bosquedeagua.blogspot.mx/
(2) CERTIFICACIÓN
PARTICIPATIVA: Es un proceso colectivo entre productores, consumidores y otros
actores, que garantiza la calidad orgánica y sana de productos locales, generados
a pequeña escala, basado en relaciones de confianza y que
promueve los compromisos de salud, ecología, equidad y certidumbre ambiental.
Está dirigida a productores y/o procesadores en
pequeña escala: productores individuales, productores familiares, pequeños
grupos de productores que destinan su producción al autoconsumo, así como para
el mercado local, regional y nacional. Breve Guía Informativa Sobre Certificación Participativa:
http://tianguisorganicos.org.mx/certificacion-participativa/ (3) La Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos: Desde 2003, un número creciente de tianguis y mercados orgánicos se ha ido formando en varias localidades, principalmente desde el centro hasta el sur del país. Estos mercados han surgido como iniciativas de consumidores y productores comprometidos e interesados en una mejor alimentación y la protección del medio ambiente.
La red se creó en 2004, con los objetivos de promover el desarrollo del mercado agroecológico interno (la mayor parte de la producción orgánica en México se destina a la exportación); fomentar el consumo local responsable de productos orgánicos; promover el intercambio directo entre productores y consumidores; difundir los principios y la filosofía de la agricultura orgánica; facilitar el intercambio de experiencias y ofrecer espacios multiculturales donde el consumidor efectúe una compra ética y amigable con el ambiente: http://tianguisorganicos.org.mx/ http://tianguisorganicos.org.mx/jalisco/
(4) NAYARIT: SECRETARIA de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca: http://www.seder.gob.mx/principal.php
(5) Ley para el Desarrollo Agrícola Sustentable del Estado
de Nayarit http://www.congreso-nayarit.gob.mx/Portals/1/Archivos/dportada/LEY_DES_AGRICOLA.pdf
(6) “Greenwashing” = Comunicar sustentabilidad, aunque no
se sea sustentable. Es un término usado para describir la
práctica al darle un giro a la presentación de sus productos y/o servicios
(incl. la redacción de leyes) para hacerlos ver como respetuosos del medio ambiente.
No obstante, este giro es meramente de forma y no de fondo.
(7) RIVIERA NAYARIT: El destino turístico que perdió
empuje. http://rivieranayaritone.blogspot.mx/2012/12/riviera-nayarit-el-destino-turistico.html
_____________________________________RELACIONADO:
HUERTOS FAMILIARES / "Victory Gardens":
- Ayudan a la independencia alimentaria de las familias
- Facilitan la cohesión familiar y
social
- Proporcionan un aprendizaje
experimental
- Estimulan intercambio de
conocimientos
“JUNK FOOD”. MERCADO DE TRUEQUE. “Rubbish for Vegetables”. Intercambio de residuos reciclables por productos agrícolas en el Distrito Federal: http://rivieranayaritone.blogspot.mx/2012/11/junk-food-mercado-de-trueque.html